Francia es el país más visitado de Europa, y la Torre Eiffel es el monumento pagado más visitado del mundo. Sin embargo, no sólo de París se hace Francia. Hay otras ciudades francesas increíbles, con paisajes impresionantes y mucha historia que contar. Si te gustan los destinos culturales e históricos, revisa algunas ciudades apasionantes para incluirlas en tu guión francés y hacer tu viaje inolvidable.
Bourdeaux
Bordeaux es una gran ciudad en el suroeste de Francia, reconocida como Patrimonio Mundial de la UNESCO y muy famosa por sus vinícolas — que le otorgaron el título de capital mundial del vino. La ciudad fue capital del país durante casi cuatro meses durante la Primera Guerra Mundial, cuando París fue víctima de ataques aéreos. En su área central se encuentran monumentos históricos, iglesias medievales, plazas y puentes, como el Puente de Pierre, uno de los más antiguos. Todo eso sin mencionar, por supuesto, los innumerables Paisajes cinematográficos.
Lyon
Para alguien que le gusta la arquitectura histórica y la gastronomía, Lyon es una gran opción en el país. La ciudad fue fundada por los romanos en el 43 A. c., y hoy es la tercera ciudad francesa más grande. Sus principales atracciones son la Ciudad Vieja y algunos museos, como el Museo de Bellas Artes y el Museo de miniaturas. Para aquellos que desean tener una experiencia genuinamente francesa y conocer la vida diaria de los nativos de cerca, Lyon es una elección acertada. La ciudad no deja nada que desear con respecto a París y tiene la ventaja de no ser tan agitada turísticamente, lo que puede facilitar a la hora de encontrar paquetes más considerados.
Nice
Otra ciudad también muy antigua es Niza, fundada hace unos 2.300 años. Es una ciudad muy turística, ubicada en la Riviera Francesa. Aunque las playas son sus principales atracciones, la ciudad también tiene muchos museos y atracciones históricas. Un viaje imperdible es recorrer los callejones y calles de Ciudad Vieja, encontrando en el camino boutiques, restaurantes y un mercado de flores.
Avignon
Avignon es una de las ciudades medievales más bellas de Europa. La ciudad tiene menos de 100 000 habitantes y ha sido conocida por haber sido la residencia de los Papas durante casi setenta años, ya que está situada entre España e Italia, dos países importantes para la Iglesia Católica. Hoy, la ciudad es considerada un centro cultural y es escenario de un festival de teatro que se celebra cada año en el mes de julio, desde 1947. Avignon era un feudo protegido por un muro, y aún hoy hay que atravesar ese muro para entrar en el centro histórico de la ciudad.
Strasbourg
Strasbourg es una ciudad en la región de Alsacia, oficial del Parlamento Europeo. Es una ciudad curiosa, porque, a pesar de ser una ciudad libre y autónoma, ya ha alternado entre ser alemana y francesa en varias ocasiones.
Esta lucha entre los dos países ha sido muy beneficiosa para el desarrollo de la ciudad, ya que Alemania quería convertirla en una vitrina alemana para demostrar su superioridad. Pero después de la Segunda Guerra Mundial, la ciudad volvió a ser territorio francés y continúa así hasta los días actuales. Además de apreciar la hermosa arquitectura de la ciudad, con influencias alemanas y francesas, puede visitar su centro histórico y visitar varios museos y la catedral de Notre Dame de Strasbourg, principal atracción turística de la ciudad.
